En este proceso se obtienen los permisos y se cumplen las regulaciones necesarias para instalar y operar sistemas de energía solar fotovoltaica de manera legal y segura. Esto implica cumplir con requisitos legales y técnicos, que varían según la ubicación y la jurisdicción, y pueden incluir la obtención de permisos de construcción, autorizaciones medioambientales, conexión a la red eléctrica, cumplimiento de normativas de seguridad y calidad, y la posible tramitación de subvenciones o incentivos fiscales. La legalización garantiza que las instalaciones solares cumplan con los estándares y regulaciones vigentes, protegiendo a los propietarios y el entorno, y facilitando el acceso a los beneficios económicos y medioambientales de la energía solar.